domingo, 28 de septiembre de 2008

En el Salón del Reino (2)

En fin, tomamos asiento mi acompañante y yo en lujosas butacas. Un señor trajeado, no sé si el "superintendente Vicente" o quién, pero sí un hombre culto, a juzgar por sus palabras. Su discurso fue como una homilía católica, pero mucho más entretenida y tendenciosa.
Lo horrible de estas sesiones es que comienzan con un cántico de un libro, que en realidad son todos los 225 Salmos de la consabida Biblia. ¡Un castigo para mis oídos! Intenté seguir la melodía de quién tocaba el piano, pero todo el mundo a mi alrededor desafinaba de manera considerable. Dios –o la genética si eres ateo- me dio buen oído, pero mala voz. Así que canté; y canté desafinando para no “desentonar” con el resto de las personas. Me pregunto quién diablos fue el compositor de 225 melodías que suenan todas parecidas. Hace falta valor. Quizá algún niño de 7 años lo hiciese mejor.
Después del discurso-homilía tuvo lugar algo que me llamó poderosamente la atención. ¡Permitían participar! Un indiviuo/a levantaba la mano y Vicente decía: “Hermano Fulano…”. Se le pasaba al fulano de marras un bonito micrófono y éste comentaba un sinsentido al azar acompañado de una cita de la dichosa Biblia. “Esta es la mía”-pensé- . Alcé mi diestra, y tras un ”hermana Amelia…”, hablé y monté la de Jehová hasta el fondo. Resulta que acababan de comentar su declarada neutralidad política y su pacifismo. Y a mí no se me ocurrió preguntar otra cosa que: "¿Por qué en la Biblia dice Jesús que no ha venido a traer la Paz, sino la Espada?”. ¡Qué estropicio! Todo el auditorio se volvió hacia mí con cara de sorpresa. Me puse más colorada que un pimiento del piquillo.

(CONTINUARÁ, EVIDENTEMENTE)

1 comentario:

Cromagnon dijo...

Jajaja, tienes mucho valor o mucha falta de vergüenza, alguna de esas dos cosas, me hubiera gustado estar ahí cuando formulaste aquella pregunta. Y evidentemente espero la continuación.